Star Wars: Seguidores del Imperio - Capítulo tres: El nacimiento de un nuevo rebelde
Quise responderle, incluso abrí mi boca para hacerlo pero al final no conseguí decirle nada, y con todo aquello, empezaba a sentir que con la respuesta que acababa de darme, las nuevas preguntas que empezaban a invadirme todavía iba a ser algo peor que haber estado sin saber nada durante todo este tiempo.
- Tus padres y este cazarrecompensas, en su día formaron una pequeña banda de rebeldes con la intención de atentar contra el Imperio, pero ahora, él es el único de los tres que queda con vida, y sus crímenes deben ser castigados.
Sentía que todo me daba vueltas, haber escuchado todo
aquello de golpe me resultaba demasiado irreal, pero si lo que
acababa de escuchar era cierto, había vivido engañado toda mi vida,
siguiendo unos ideales que en cuestión de minutos acababan de
hacerse pedazos, aquello cambiaba mucho las cosas, y así de pronto
no sabía muy bien como reaccionar.
No parecía que Brishnak estuviera mintiendo, pero
todavía me costaba aceptarlo, aquello equivalía a cambiar
radicalmente mi forma de pensar por completo, ya no podía ver al
Imperio con los mismos ojos, fueron los causantes de la muerte de mis
padres, y durante todo este tiempo yo había creído que habían dado
su vida por defenderlo.
Entonces también me dio por acordarme del extraño
comportamiento que mi compañero había tenido durante toda la
misión, y con sus recientes palabras prácticamente acababa de
confirmarme lo que pretendía, algo que no me gustó en absoluto.
- Sabía que nuestro cliente también formaba parte del plan del Imperio para atraernos hasta aquí, nunca hubo un contrabando de armas, desde un principio, todo formó parte de un plan para acabar con lo que quedaba de nuestro pequeño grupo rebelde.
- Ya basta de charla. - con ello, nuestro tiempo había terminado, Vader no parecía tener mucha intención de dejarnos hablar por más tiempo. - Ya tendréis tiempo de hablar cuando estéis en vuestras celdas, y os aconsejaría que os entregarais sin oponer resistencia.
Al terminar de hablar, tanto los soldados de asalto como
los piratas weequay apuntaron al frente con sus blásters con
intención de que nos entregáramos.
- No creo que el muchacho tenga mucha intención de seguir con la vida que llevaba hasta ahora, acaba de convertirse en un rebelde en este mismo momento.
Ya no había nada que hacer, aquello parecía haber
terminado, el Imperio nos capturaría y no quería ni imaginarme lo
que harían con nosotros, siempre había escuchado historias las
cuales me negaba a creer, era imposible que nuestro gobierno se
comportara así, pero ahora lo veía todo bien claro, sabía que
aquellas historias que había escuchado eran ciertas, historias
acerca de que se dedicaban a esclavizar a otras razas como a los
wookies para llevar a cabo trabajos forzados y pesados, lo cual me
hacía pensar que tal vez alguien como yo acabaría de la misma
manera, aunque dudaba que mi compañero corriera la misma suerte, más
bien tenía pinta de que un rebelde como él, podría acabar
ejecutado.
Pero fue entonces cuando la situación dio un giro
inesperado, fue en ese preciso momento cuando los soldados iban a
apresarnos, que una serie de luces rojas nos cegaron tanto como nos
ensordecieron, alguien acababa de adentrarse en el almacén por la
misma persiana principal que permanecía abierta todavía, alguien
que estaba abriendo fuego tanto contra los soldados de asalto como
contra los piratas weequay.
En el silencioso y dentro de lo que cabe tranquilo
almacén, ahora no dejaban de resonar los disparos y gritos por todos
sus rincones, había tanto movimiento y bullicio que no era capaz de
captar casi nada de lo que estaba ocurriendo, pero al menos tras la
cortina de polvo que se había levantado, pude distinguir más o
menos las diferentes figuras que acababan de irrumpir en el almacén,
eran seres de diferentes razas pero la gran mayoría eran humanos,
bien equipados y bien armados como si de cazarrecompensas se
trataran.
Aquel inesperado asalto hizo que evidentemente los
recién llegados empezaran con ventaja, algunos soldados de asalto
habían caído ya y numerosos piratas también, lo cual provocó que
en un repentino ataque de rabia, viera como en mitad de aquella
cortina de polvo apareciera una nueva y brillante luz roja mucho más
alargada que la de los disparos de los blásters, entonces comprendí
que aquella locura que acababa de desatarse vino por parte de Vader,
mientras que para mí aquello fue la primera que veía con mis
propios ojos aquella arma tan legendaria la cual ya no solía verse a
día de hoy, y bastante fascinado me quedé al ver el grandísimo
manejo que tenía sobre ella mientras repelía los disparos de los
asaltantes.
Quería hacer algo, lo que fuera, ayudar al ser posible,
pero fue entonces cuando sin decirme ninguna palabra, Brishnak me dio
un buen empujón apoyando su mano sobre mi pecho, claramente con ello
me estaba diciendo que me marchara, que fuera libre y que viviera,
algo que veía realmente injusto si de verdad me estaba pidiendo que
me marchara yo solo.
No entendí aquellas palabras a la primera, pero de
alguna manera fue lo que medianamente me hizo reaccionar, algo me
decía que mi compañero llevaba razón, y que si no era ahora,
aquellas palabras iban a tener algún significado en un futuro.
Fue entonces cuando finalmente mis piernas reaccionaron
y eché correr, sin mirar atrás, sabía que aquello estaba mal pero
de alguna manera también sentía que estaba cumpliendo la última
voluntad de mi compañero, tenía que ser fuerte, tenía que vivir,
así que pensé que tal vez con un poco de suerte, todavía
continuaría abierta la puerta trasera por la que habíamos entrado.
Y así fue, desde allí todavía podía escuchar el
ensordecedor sonido de los blásters, pero no podía hacer nada más,
tenía que cumplir la última orden que me había dado mi compañero,
así que sin perder más el tiempo, salí por la puerta trasera y
corrí hasta esconderme detrás de uno de los contenedores que se
encontraban fuera.
Desde allí ya no escuchaba prácticamente nada, apoyé
mi espalda sobre el contenedor mientras me dejaba caer hasta quedarme
sentado en el suelo, momento que aproveché para recuperar un poco el
aliento e intentar asimilarlo todo un poco, ¿y ahora qué? ¿qué
debería hacer? ¿y cómo irían las cosas allí dentro? Cientos de
preguntas empezaron a invadirme, y fue entonces cuando un nuevo
sonido ensordecedor se apoderó de mis oídos.
Aquello me obligó a salir de mi escondite, entonces fue
cuando sobrevolando el almacén, pude ver como aquel transportador
imperial en el que habían venido alzaba el vuelo y se marchaba,
suponía que todo había acabado, pero desconocía de que manera,
solo sabía que el Imperio no tenía intención de acabar con
Brishnak al menos allí mismo, y cabía la gran posibilidad de que
ahora mismo se encontrara en aquel transportador que veía como se
marchaba.
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