domingo, 29 de mayo de 2016

[Fanfic de Star Wars] Seguidores del Imperio - Capítulo Uno

Hola a todos!

No es la primera vez que hablo de Star Wars en una entrada del blog, y es que sin duda, como amante de esta saga la idea de explotar al máximo su enorme universo expandido es muy tentadora, siempre he querido escribir algún relato basado en dicho universo, y así fue como se me ocurrió la idea de escribir este fanfic de tres capítulos con personajes originales, situado entre "La Venganza de los Sith" y "Una Nueva Esperanza", así que aquí os dejo con el primer capítulo y espero que os guste ^-^

Star Wars: Seguidores del Imperio - Capítulo uno: Siguiendo mis ideales

Una noche más como otra cualquiera en la que me tocaba llevar a cabo la misma tarea de siempre, empezaba a estar algo cansado de ello y deseaba ganarme su confianza de una vez por todas para que pudiera confiarme algún trabajo más emocionante, pues estaba aborreciendo ya bastante la aburrida tarea de vigilar, siempre consistía en lo mismo, quedarme fuera con los ojos bien abiertos por si se acercaba alguien sospechoso con aparentes intenciones de interrumpir los negocios que mi compañero estuviera llevando a cabo dentro, normalmente en tabernas de mala muerte, almacenes viejos o hangares abandonados.

Esta vez había tocado en una pequeña taberna en los barrios bajos de Coruscant, justamente el planeta que peores recuerdos me traía, posiblemente el lugar de toda la galaxia que menos ganas tenía de visitar, pero así eran las cosas en estos tiempos que corrían, no tenía mucho derecho a protestar al fin y al cabo, y si quería permanecer con él, no tenía otro remedio que callar y obedecer.

Por si no fuera ya suficiente incómodo estar en aquel lugar, todavía me ponía más nervioso con cada persona o criatura que se cruzaba en mi campo de visión, pues me encontraba en la esquina de un callejón donde tenía buena visibilidad, desde allí veía perfectamente la entrada de la taberna, veía quien entraba y quien salía, y en caso de ver a alguien sospechoso, tan solo tenía que avisarle por el comunicador que tanto él como yo llevábamos en la oreja, al menos era el único aparato que me había prestado el cual llegaba a utilizar en nuestras misiones, ya que recientemente por fin me había prestado un pequeño bláster, pero de momento, no había tenido que utilizarlo.

Como era de esperar, un lugar como aquel era siempre frecuentado por todo tipo de especies procedentes de diferentes planetas y sistemas, los barrios bajos de Coruscant siempre habían servido como escondite y refugio para delincuentes y criminales, los cuales algunos pasaban a convertirse en mercenarios y cazarrecompensas para ganarse la vida, y sin ninguna duda, aquel había sido siempre un buen lugar para que los seres de esa calaña encontraran trabajo a su medida, principalmente misiones que no cualquiera aceptaría.

Por suerte, no parecía que fuera a estar esperando mucho más tiempo, acababa de ver a mi compañero salir de aquella taberna, miró hacia ambos lados de la calle como siempre para asegurarse de que todo estaba en orden, y empezó a caminar con disimulo hacia el callejón donde me encontraba esperándole.

- ¿Y bien? - no le pregunté hasta que no consideré que se encontraba lo suficientemente cerca como para que nadie pudiera escuchar nuestra conversación.

Aun así, mi compañero volvió a mirar tanto a derecha como a izquierda, se aseguró también de que aquel callejón donde había estado esperándole se encontrara totalmente despejado, y cuando finalmente centró su atención en mí, me respondió.

- Al parecer esta misma media noche, una banda de piratas tiene intención de hacer negocios con los de arriba, contrabando de armas según me ha dicho, así que nuestro cliente nos ha contratado para que impidamos el encuentro, nos apoderemos de las armas, y después ya veremos lo que hacemos, aunque por las pintas que tenía... me da la sensación de que su intención es entregarlas al pueblo, ciertamente no me importa lo que haga con ellas, prefiero que esas armas caigan en manos de cualquiera y puedan defenderse con ellas antes de que las tengan los cabeza-cubos.
Tras explicarme nuestra próxima misión, mi compañero volvió a mirar a su alrededor asegurándose de que nadie tenía su atención puesta en nosotros, su rostro era tan serio como de costumbre, aunque a decir verdad, me había hecho ya una ligera idea de que los de su especie aparentaban siempre ser así, pues se trataba de un zabrak adulto, con sus característicos y pequeños cuernos en su cabeza, su piel era de una tonalidad marrón ni muy oscura ni muy clara, era de constitución robusta, y en cuanto a su vestimenta, bajo aquel poncho viejo y andrajoso que solía llevar puesto por encima, acostumbraba ocultar una no muy gruesa armadura sobre la que siempre vestía prendas con tonalidades de camuflaje.

- ¿Vamos a robarle al Imperio? - fue la primera pregunta que me vino a la mente, intenté ocultar mi pequeño tartamudeo pero estaba seguro de que mi compañero se habría percatado de él.
- Claro, ni que fuera la primera vez que lo hacemos... - dejó de mirar a nuestro alrededor para responderme con indiferencia. - ¿Qué pasa? ¿Es que no te ves preparado? Si no quieres hacerlo ya sabes que eres libre de marcharte cuando quieras.

Pero no me vi con fuerzas de responder, tan solo me limité a asentir y desviar mi mirada hacia otro lado, entonces con un gesto de su cabeza me indicó que nos pusiéramos en marcha, así que en silencio y sin protestar, empecé a caminar tras él mientras avanzábamos por aquellas mugrientas y malolientes calles de los barrios bajos de Coruscant.

Era en momentos así cuando me preguntaba a mí mismo como era posible haber terminado así, pero eran tiempos difíciles o al menos eso era lo que solía decirse, yo no había tenido muy buena suerte en estos últimos años, pero tampoco consideraba que las cosas estuvieran ahora tan mal como decían, siempre quise pensar que este gran cambio sería para ir a mejor, nunca me gustó demasiado la forma en que la República llevaba las cosas en su día y tenía esperanza de que con el Imperio todo fuera a mejor, aquel fue el ideal que mis padres intentaron siempre inculcarme, un ideal por el que llegaron a dar sus vidas, de todo aquello hacía ya tres años, cuando yo tan solo tenía once, tres años desde el día en el que los ya poco nombrados jedis atentaron contra la vida del que ahora era el actual Emperador del Imperio Galáctico, tres años del final de la República que conocíamos, acontecimiento que sin duda trajo demasiado revuelvo y demasiadas manifestaciones, el pueblo tomó las calles, había división de bando y opiniones, y fue entonces cuando mi vida cambió, cuando mis padres dieron su vida por defender los ideales del recién nacido Imperio, mis padres creían en él, creían en una posible mejor vida, siempre habían pensado que era lo que esta galaxia necesitaba y guiados por ese ideal siguieron hasta el final, pero aquel día la suerte no estaba dispuesta a sonreírles, pequeños grupos rebeldes en contra del nuevo gobierno habían tomado las calles, y fue entonces en aquel atentado cuando mis padres perdieron la vida.

Odiaba a la República, aunque ya no existiera, pero frecuentar zonas como aquella me ayudaba a enterarme de que todavía quedaban pequeños grupos rebeldes que deseaban que el antiguo gobierno volviera y que además cada vez más personas se unían a la causa, era en momentos así cuando me encontraba realmente perdido, como si estuviera en el bando equivocado, ¿tan terrible era estar a favor del Imperio? Yo no lo veía así, pero también era cierto que en estos tres años había tenido que espabilarme, me quedé completamente solo, y tuve que ideármelas como pude para sobrevivir, aunque aquello significara ocultar mis ideales imperialistas, ya que no tardé mucho en darme cuenta, de que sobreviviría más tiempo si así lo hacía y que también evitaría ganar enemistades.

Fue entonces cuando conocí a Brishnak, el zabrak que ahora mismo caminaba delante de mí, él me acogió cuando no tenía ninguna obligación de hacerlo, a regañadientes pero lo hizo, tal vez le di lástima al ver que no tenía a donde ir y que no duraría mucho tiempo más si continuaba vagando solo por las calles, y a pesar de que sabía que no era más que un cazarrecompensas que se ganaba la vida aceptando encargos de todo tipo, cualquier cosa era mejor que continuar solo, aquella era mi única y mejor opción si quería sobrevivir.

Desde entonces mi vida cambió, pues dentro de lo que cabía siempre había llevado una vida bastante tranquila junto a mis padres, no tenía mucho de lo que quejarme, y aunque después de tres años junto a Brishnak todavía continuaba siendo un niño cualquiera de raza humana, al menos ahora era un niño que había aprendido a sobrevivir gracias a aquel zabrak, me había enseñado a espabilarme, a robar, a mentir, e incluso me había enseñado a defenderme un poco, lo justo, supongo que para que pudiera valerme por mí mismo y no ser una carga para él, pero al menos, al fin y al cabo con el paso del tiempo parecía que me había convertido en su socio, o al menos, quería pensarlo de aquella manera y esperaba que él también me viera así.

Entonces finalmente abandonamos aquellas calles, todavía era temprano pero tampoco era plan de estar perdiendo el tiempo, no quise preguntar pero estaba prácticamente convencido de que nos dirigíamos al lugar donde se llevaría a cabo el contrabando de esta noche, algo apartado de los barrios bajos por lo que parecía, pues acabábamos de adentrarnos en una zona algo más industrial, por allí no vivía nadie, tan solo habían almacenes y algún que otro hangar, así que no me cabía la menor de que nos encontrábamos en el lugar acordado.

De pronto, cuando me encontraba algo distraído observándolo todo a mi alrededor, vi como mi compañero me hacía un gesto con su mano en señal de que disminuyera la marcha, entonces nos agachamos para no ser vistos y en silencio nos dirigimos a ocultarnos tras unos contenedores.

- Piratas weequay... debí habérmelo imaginado. - pude ver como un gesto no muy agradable se dibujaba en el rostro de mi compañero, lo cual me hizo entender que mucha gracia no es que le hiciera que aquella banda estuviera detrás de todo.

Desde nuestro escondite más o menos teníamos bien controlada la situación, desde allí podíamos ver a un pequeño grupo de piratas weequay vigilando la entrada de un almacén donde seguramente guardarían las armas para el contrabando, la mayoría de ellos iban bien equipados con pesadas vestimentas de camuflaje y portando en sus manos blásters de todo tipo por si en cualquier momento tuvieran que hacer utilidad de ellos, notándose con ello a simple vista que realmente se trataba de un grupo de piratas bien entendido en el mundillo de las armas.

- ¿Y ahora qué hacemos? Va a ser imposible entrar en el almacén y llevarnos las armas sin ser vistos, además, el Imperio tiene que estar al llegar.

Pero mi compañero no me respondió, continuaba con su mirada fija en aquel grupo de piratas, y a decir verdad ya llevaba un buen rato que le notaba algo diferente, no le veía como siempre, estaba como distraído aunque aquello fuera muy raro en él ya que no solía despistarse nunca en mitad de un trabajo, ¿le preocuparía algo? ¿tal vez no le agradaba la idea de que el Imperio estuviera involucrado en aquello? No era la primera vez que aceptábamos un trabajo con el Imperio de por medio, aunque de alguna manera esta vez parecía diferente, como si estuvieran más involucrados que en las ocasiones anteriores, ¿era tal vez eso lo que le preocupaba a mi compañero? En cualquier caso, no consideré que fuera el mejor momento para preguntarle.

- Esto es muy extraño... a pesar de que van bien preparados y se nota de bien lejos que están esperando a alguien, son muy pocos... y más teniendo en cuenta a quién están esperando.
- Pero tampoco tendría porqué salir mal, ¿no? Quiero decir... tan solo es un contrabando de armas con el Imperio... recogen el pedido, reciben la recompensa y se marchan.

Con mi respuesta de alguna manera había conseguido que Brishnak dejara de mirar al frente y centrara su atención en mí, parecía que quería decirme algo pero finalmente de su boca terminó por no salir ni una sola palabra, además de que fue entonces en ese momento, cuando algo que acababa de aparecer en escena atrajo completamente nuestra atención.

Volvimos a mirar al frente de inmediato en cuanto un sonido ensordecedor que se acercaba empezó a apoderarse de nuestros oídos, no es que se tratara de una nave muy grande, pero allí enfrente del almacén algo estaba aterrizando, y para mí, que me había considerado desde siempre un gran seguidor en secreto del Imperio, tardé escasos segundos en reconocer que se trataba de un transportador imperial.

- Esto no me gusta nada... - no comprendí las palabras de mi compañero el cual continuaba mirando al frente, pero tampoco iba a tardar mucho en entender a lo que se refería.

En cuanto aquel transportador aterrizó, las grandes puertas del almacén se abrieron para dar paso al que seguramente sería el líder de la banda de piratas, un weequay como otro cualquiera escoltado por otros dos bien equipados con blásters pesados.

Entonces los motores de aquel transportador se quedaron en el más absoluto silencio, en el mismo silencio en el que nos habíamos quedado todos los presentes como si estuviéramos esperando algo, un silencio que tan solo se vio interrumpido cuando de pronto su trampilla empezó a descender para que de inmediato un grupo de soldados de asalto imperiales empezaran a bajar por ella, todos enfundando sus respectivos blásters de asalto en sus manos.

No podía evitarlo, de alguna manera siempre que los veía sentía algún tipo de admiración hacia ellos, los veía como un icono de defensa de la galaxia, incluso siendo más niño había llegado a desear en más de una ocasión convertirme en uno de ellos cuando fuera mayor, luchar al lado del Imperio por una galaxia más justa, pero en esta ocasión era diferente, por algún motivo que todavía desconocía, no lograba sentir por ellos la misma admiración que sentía siempre, algo fallaba, algo que no tardaría en descubrir de qué se trataba, mismo motivo por el cual tal vez, Brishnak parecía estar tan preocupado.

Pero no solamente los soldados de asalto habían venido en aquel transportador, alguien más quedaba dentro, era de esperar que tendría que haber alguien encargado de darles las órdenes, alguien, que se encontraba ahora mismo bajando por la trampilla.

- ¿Qué está haciendo él aquí?... - la pregunta de mi compañero fue más bien un débil susurro, incluso juraría haber detectado cierto tartamudeo en su voz, como si de pronto se hubiera puesto más nervioso de lo que ya aparentaba estarlo.


Por suerte, no iba a tardar mucho en salir de dudas, con tan solo su presencia sentí que todo a mi alrededor se detenía, se me hizo un nudo en la garganta también, pues pese a que ya había escuchado hablar de él en varias ocasiones, era la primera vez que lo tenía ante mis ojos, y lo que tan solo con verle me transmitía, no era precisamente la idea perfecta que me había hecho si algún día llegaba a conocerle.

Entonces uno de los soldados de asalto se le acercó, deteniéndose a escasos pasos para dedicarle una pequeña reverencia de respeto.

- Estamos a la espera de nuevas órdenes, Lord Vader.

Capítulo siguiente

lunes, 23 de mayo de 2016

[Fanfic de World Trigger] Sentimientos ocultos en Tamakoma [Torikona]

Hola a todos~ Desde que finalizó el anime de World Trigger y a pesar de seguir su respectivo manga (aunque no es que publiquen capítulos con mucha frecuencia), estoy con ganas de mucho más, así que aprovechando mi afición por la "pareja" Torikona (formada por Torimaru y Konami), la semana pasada decidí escribir un pequeño fanfic de capítulo único centrado en esta pareja, así que aquí os lo dejo y espero que os guste ^-^

Sentimientos ocultos en Tamakoma

Sabía de antemano que aquella podría acabar siendo una tarde bastante incómoda por llamarla de alguna manera, pues para empezar, le había tocado encargarse de una de las tareas que menos le agradaban y tampoco veía muy apropiado que alguien de su rango tuviera que encargarse de algo como aquello, pero de vez en cuando era lo que tocaba hacer, así que hoy se pasaría el resto de la tarde encerrada en la base de Tamakoma revisando unos informes, y por si aquello no fuera ya suficiente, se había quedado sola junto a uno de sus compañeros de equipo el cual misteriosamente se ofreció para ayudarla.

Podría apreciarse a simple vista lo tenso que estaba el ambiente en aquella habitación, estaba sentada sobre uno de los sofás repasando unos informes mientras que enfrente, su compañero se encontraba sentado sobre otro sofá haciendo lo mismo que ella, en silencio, sin ni siquiera levantar la mirada de los folios que sujetaba entre sus manos.

Pero así era imposible concentrarse, al menos para ella, pues desde siempre, aquel compañero suyo se había dedicado a bromear y a molestarle, con bromas que ni un niño picaría pero lo nerviosa que le ponía siempre su presencia acababa haciendo que se lo creyera todo, por lo tanto, estaba convencida de que aprovecharía la mínima oportunidad para intentar bromear como acostumbraba a hacer siempre.

Entonces terminó de repasar el informe que había estado leyendo, fue a dejarlo sobre la mesa que tenía delante repleta de los numerosos informes que todavía le quedaban por revisar cuando algo sucedió, algo de lo que no fue consciente hasta que no lo sintió en su propia piel, pues fue también en ese preciso instante, cuando su compañero dejó también su informe sobre la mesa lo cual provocó que las manos de ambos se rozaran.

- ¡Torimaru! - apartó su mano repentinamente hacia atrás al mismo tiempo en que le dedicaba una de sus repentinas llamadas de atención al igual que cuando se burlaba de ella. - ¡Ve con más cuidado! ¡Baka baka baka!

Pero de alguna manera, volvió a sentirse igual que siempre, empezó a notar sus mejillas sonrojadas y no precisamente por haberse alterado, aquel ligero pinchazo en su pecho volvió a estar presente, y ni siquiera fue consciente de que todavía permanecía en aquella ridícula postura en la que se había quedado al retirar su mano.

- ¿Konami-senpai?...

Se quedó mirando a su compañera tras aquella repentina reacción, lo cual hizo que Konami se pusiera todavía más nerviosa de lo que ya estaba.

- ¿Qué e-estás m-mirando?... - desvió su mirada hacia otro lado intentando disimular lo sonrojadas que se encontraban sus mejillas mientras que su voz empezó a sonar algo temblorosa, se notaba lo nerviosa que estaba poniéndose, algo que incluso ella misma desconocía el motivo por el cual actuaba así.

Entonces parecía haber llegado uno de esos momentos que tanto le incomodaban, se encontraba tan avergonzada sin motivo aparente que ni siquiera se atrevió a mirar hacia adelante en el momento en que su compañero se levantó del sofá, pero tampoco fue necesario para hacerse una idea de lo que pretendía, sabía de antemano que este era uno de esos momentos en los que Karasuma intentaría reírse de ella.

Volvió a desviar su mirada hacia otro lado mientras que su compañero se sentaba junto a ella, no quería ni mirarle, en cierto modo se sentía como enfadada, y aunque sabía lo que pretendía, de alguna manera no podía evitar sentirse nerviosa cuando le tenía tan cerca, y esta vez, todavía estaba más cerca que nunca.

- ¿Y a-ahora qué?... ¿Vas a r-reirte d-de mí cómo haces s-siempre? - no dejaba de tartamudear, continuaba sintiendo lo cálidas que se encontraban sus mejillas mientras esperaba la broma de su compañero.

Pero aquella broma jamás ocurrió, a pesar de que en un principio, fuera de esperar que Konami se pensara que estaba bromeando con ella al igual que hacía siempre, pues de pronto sintió como uno de los brazos de su compañero empezaba a deslizarse por sus hombros y su por su cuello como si llevara intención de abrazarla.

- ¿T-Torimaru?... ¿Qué... e-estás haciendo?... - ante una actuación tan inesperada como aquella, no tuvo otro remedio que finalmente dirigirse a él aunque aquello supuso toparse con su rostro el de pronto se encontraba demasiado cerca del suyo. - Etto... d-deja de bromear conmigo...

Era de esperar que no iba a ser capaz de mantener la mirada fija en la suya, volvió a desviarla para mirar hacia otro lado en el momento en que su compañero condujo su mano libre hacia una de las mejillas de Konami.

- ¿T-Torimaru?...

Y fue entonces cuando las palabras sobraron, cuando el tiempo se detuvo y cuando todo dejó de tener sentido, empezó a sentir una inesperada pero agradable sensación de calidez en sus labios, al mismo tiempo en el que la mano de su compañero no dejaba de acariciar su mejilla.

- Torimaru... yo... - no fue capaz de decir palabra hasta que su compañero no separó sus labios de los suyos, y tan solo su nombre pudo pronunciar, la cabeza le daba vueltas, sentía su corazón más acelerado que nunca, y con todo aquel cúmulo de nuevas sensaciones que acababa de experimentar, tenía la sensación de que en cualquier momento iba a perder todos los sentidos.
- No es necesario que digas nada... - entonces colocó uno de sus dedos sobre los humedecidos labios de su chica. - Creo... que ya se terminaron las bromas entre nosotros... ¿No te parece?

Y aunque la reacción normal en ella hubiera sido golpearle y gritarle mientras se sonrojaba, esta vez fue todo tan diferente que se dejó llevar, había sinceridad en los ojos de su chico, y por primera vez en mucho tiempo, le dedicó una cálida sonrisa al no ser tampoco muy capaz de responderle de otra manera.

- Baka... empezaba a pensar que nunca llegaría este momento... - y tras mostrar finalmente sus verdaderos sentimientos y volverse a sonrojar más de lo que incluso ya estaba, sus labios volvieron a fundirse en un cálido beso.

martes, 17 de mayo de 2016

Reseña de la novela de Star Wars "Heredero del Imperio"

Hola a todos~ Hacía ya tiempo que no publicaba ninguna reseña así que ya iba tocando, y para tampoco salirme mucho del habitual material que suelo comentar, esta vez hablaré de otra de las numerosas novelas del expandido universo de Star Wars que la editorial Planeta Cómic nos está trayendo últimamente, para ser más exactos, hablaré de la novela Heredero del Imperio, una de las más recientes que han salido a la venta la cual tuve la suerte de terminar de leer la semana pasada, así que sin entretenerme mucho más, empezamos~

Star Wars: Heredero del Imperio (Novela)

Antes de empezar de hablar sobre ella, comentaré que esta novela también cuenta con su versión en cómic, (el cual salió a la venta el mismo día) pero en este caso decidí comprar esta historia en formato novela, así que la reseña estará centrada únicamente en ella.

A destacar también antes que nada, que no estamos ante una novela nueva sino que se trata de una reedición, ya que originalmente fue publicada en 1991 (1993 en España) pero tan aclamada y conocida ha sido siempre que años después han vuelto a sacarla a la venta.

Novela formada por 460 páginas de acción trepidante de principio a fin, situada cinco años después de la destrucción de la segunda Estrella de la Muerte y la caída del Emperador junto a Darth Vader.

Como es de esperar, los sucesos aquí narrados teniendo en cuenta en la época en la que se centran, estarán principalmente centrados en la constante y dura lucha por alzar la Nueva República, en las página de esta aclamada novela veremos como nuestros conocidos protagonistas intentan establecer un nuevo gobierno que funcione, al mismo tiempo en el que encontraremos un Imperio (o lo que queda de él) más perdido y menos seguro que nunca, que a pesar de cinco años después de la caída del Emperador, todavía continua luchando por no perder el poder, y este es sin duda uno de los puntos más fuertes de esta novela: su villano, un villano tan carismático e impactante como llega a serlo El Gran Almirante Thrawn, el encargado de dirigir lo que queda del Imperio Galáctico tras la Batalla de Endor.

Nos encontramos ante un villano frío, calculador, un estratega capaz de adelantarse a los movimientos de sus enemigos e incluso capaz de atemorizar a sus propios hombres, en las filas del Imperio en más de una ocasión ha llegado a pensarse que la Batalla de Endor podría haber acabado de manera muy diferente si él hubiera estado al mando, por lo tanto, estamos ante un personaje que sin duda termina de darle la chispa necesaria a esta historia para rematarla, pues una novela como esta, necesitaba un villano de tal nivel.

Otro de sus puntos fuertes, sería el desarrollo que encontraremos entre Luke y Mara Jade, en esta novela tendrán la suerte de conocerse algo mejor por casualidades del destino, y sobretodo, también profundizaremos mejor en el personaje de Mara llegando a conocer datos importantes sobre su pasado.


Pero sin duda, si personalmente yo tuviera que destacar algo de esta novela, sería el papel que desarrolla Leia en ella, pues a parte de seguir siendo una figura importante dentro del nuevo gobierno que intentan levantar, encontraremos a una Leia que, como siempre ha sido de imaginar, es más sensible a la Fuerza de lo que parece pero no tanto como su hermano, así que en estás páginas en más de una ocasión la veremos recurrir a sus pequeño poderes además de tener un breve adiestramiento con el sable láser.

Resumen y conclusión final

Acción trepidante de principio a fin, intriga, especulaciones, espectaculares batallas tanto espaciales como en tierra y 460 páginas muy bien enlazadas con la primera trilogía de películas, sin duda una gran joya para los amantes de esta conocida saga galáctica los cuales quieran conocer más detalles sobre los protagonistas después de los sucesos ocurridos en la película Star Wars Episodio VI: El Retorno del Jedi, una oportunidad único para hacerte con tu ejemplar ahora que Planeta Cómic la ha reeditado para volver a sacarla a la venta a un precio de 20 € los cuales lo valen, y mucho.

lunes, 9 de mayo de 2016

Todos los Fanfics y Relatos

En esta entrada encontraréis todos los fanfics y relatos que vaya escribiendo y publicando en el blog para así poder tenerlos todos mejor recopilados y bien ordenados en una misma entrada.

[Fanfics de Naruto]

Los sentimientos que florecen al final de la batalla [Narusaku]

- Información y trama: Relato de tres capítulos basado en el manga y anime Naruto en el que quise escribir mi propio final alternativo más bien orientado a una finalidad NaruSaku. Este fanfic estaría situado después del capítulo 699 de su respectivo manga y por supuesto ignoraría el capítulo 700, su capítulo final.

Capítulo Uno

Capítulo Dos

Capítulo Tres

[Fanfics de World Trigger]

Sentimientos ocultos en Tamakoma [Torikona]

- Información y trama: Fanfic de capítulo único basado en el manga y anime World Trigger centrado en la pareja Torikona formado por los personajes Torimaru y Konami.


[Fanfics de Star Wars]

Seguidores del Imperio

- Información y trama: Relato de tres capítulos situado entre "La Venganza de los Sith" y "Una Nueva Esperanza". Esta pequeña historia está protagonizada por personajes originales e ideados por mí, los cuales intentan sobrevivir como pueden durante los primeros años de alzamiento del Imperio Galáctico.




A escondidas del Imperio

- Información y trama: Relato de tres capítulos situado cinco años después de "El Retorno del Jedi". Esta pequeña historia está protagonizada por personajes originales e ideados por mí los cuales parecen encontrarse en continuo movimiento para no ser encontrados por un abatido Imperio el cual a su vez lucha por recuperarse tras la destrucción de la Segunda Estrella de la Muerte en la Batalla de Endor.




Sentimientos de una batalla lejana

- Información y trama: Relato corto situado momento después de que fuera ordenada y ejecutada la Orden 66, con el protagonismo centrado en el personaje Ahsoka Tano.


[Fanfics de Final Fantasy VII]

La última de nuestra especie

- Información y trama: Relato de tan solo un capítulo basado en el famoso videojuego Final Fantasy VII. En este fanfic, quise dejar volar mi imaginación y narrar a mi manera la llegada de Jenova y su enfrentamiento contra los Cetra.

[Fanfic de Naruto] Los sentimientos que florecen al final de la batalla - Capítulo Tres

Y aquí os dejo el tercer y último capítulo del fanfic de Naruto que decidí escribir, un final alternativo bastante diferente al original, así que muchas gracias a los que habéis seguido esta pequeña historia y nos vemos en la próxima entrada =^-^=

Los sentimientos que florecen al final de la batalla
Capítulo 3

Aquellas palabras jamás imaginó que las vería salir de sus labios, y entre ello y que la continuaba abrazando desde detrás por la cintura, se encontraba ahora mismo en una situación en la cual no sabía como reaccionar, pues pensaba que cualquier reacción positiva suya a estas alturas, podría resultar egoísta al no haber correspondido nunca muy bien a los sentimientos de su compañero que siempre había estado a su lado, pero tal vez el ignorar todo aquello y dejar pasar esta oportunidad, podría resultar incluso peor.

Entonces retiró sus brazos de su cintura, con la esperanza de haberla convencido para que no se marchara, y así fue, se quedó inmóvil allí mismo, con la cabeza agachada con una triste mirada oculta por sus cabellos, y fue entonces cuando no pudo más y sus lágrimas comenzaron a desbordarse, se llevó las manos a su rostro para que su compañero no la viera así, ya no sólo por vergüenza, si no también por lo culpable y patética que se sentía en este momento.

Alzó su mano dejándola caer con delicadeza sobre el hombro de su amiga, lo cual hizo que sin retirar sus manos de su rostro, reaccionara con un gesto con la intención de separarse de él, pero no lo consiguió.

  • Sakura-chan... - llevó esta vez su mano hacia el rostro su amiga dejándola sobre su sonrojada mejilla, haciendo entonces que retirara sus manos, y aún estando más avergonzada que nunca, hizo el esfuerzo por hacer que sus verdosos y llorosos ojos se centraran en los de su amigo. - No debes llorar más, no debes avergonzarte más, y... no debes sentirte culpable'ttebayo.

A pesar de la batalla de sentimientos que estaba librándose ahora mismo en su interior, sintió la necesidad de responderle sin poder resistirlo más.

  • ¡Déjame sola Naruto! ¡No merezco ni tu amistad! - pero a pesar de la repentina reacción de su amiga, el Uzumaki no retrocedió, continuaba allí mismo sin retirar su mano de su mejilla, sin apartar la mirada de sus llorosos ojos, mantuvo la calma como jamás lo había hecho, y no necesitó ni una sola palabra más para tranquilizarla.

Sus verdosos ojos se abrieron a más no poder debido al acto inesperado, sus lágrimas cesaron por el momento, se quedó paralizada sin saber como reaccionar, pero algo en su interior le estaba diciendo que se dejara llevar, así que cerró los ojos nuevamente y continuó con lo que su compañero había empezado, sus labios se fundieron en aquel cálido beso cargado de sentimientos, mientras que las caricias entre ellos tampoco faltaron, y a su vez, las lágrimas volvieron a ser testigos de lo acontecido, pero esta vez no eran sólo lágrimas de tristeza y dolor, si no también de arrepentimiento, y sobretodo, de felicidad.

Después de aquel breve momento de pasión, sus labios se separaron por unos centímetros, el rostro de ambos estaba enrojecido, intercambiaron sus miradas mientras que ninguno de los dos era capaz de pronunciar palabra, y queriendo finalizar con aquel vergonzoso momento, la pelirrosa ocultó su rostro en el pecho de su compañero.

Acto seguido y con una sonrisa en su rostro, el Uzumaki alzó su mano hasta la cabeza de la chica y comenzó a acariciarla, pasando su otro brazo por su cintura para abrazarla con fuerza.

  • Naruto... -separó un poco su rostro del pecho del chico para poder hablar. - Lamento habértelo hecho pasar tan mal todo este tiempo... yo... - parecía que estaba haciendo un pequeño esfuerzo para retener sus lágrimas y que no fueran un problema para impedirle hablar. - Nunca me fijaba en ti... al principio eras una molestia para mí y... tenía ojos sólo para Sasuke pero... después de todo lo ocurrido, me fui dando cuenta de que tú siempre habías estado ahí, cuidando de mí y protegiéndome, sin romper nunca la promesa que me hiciste... - hizo una pequeña pausa y continuó. - Lo lamento.. Naruto... ojalá me hubiera dado cuenta antes de tus sentimientos... - llevó su mano hasta uno de sus ojos reteniendo una lágrima que estaba a punto de caer. - No fui más que una cría inmadura que no se daba cuenta de la realidad...

Ante las sinceras palabras de su compañera, el Uzumaki se limitó a responderle con una nueva sonrisa y un nuevo abrazo todavía más tierno que en el anterior.

  • Sakura-chan... dije que no era necesario que dijeras nada más'ttebayo...

Las lágrimas volvieron a desbordarse por su rostro, pero esta vez, acompañadas de una sonrisa la cual acabó convirtiéndose en un nuevo beso cargado de más sentimiento que el anterior.

  • Te quiero... Naruto...

Todo estaba bien, sabía que de ahora en adelante, todo iría bien, que tan sólo estaba a un paso de cumplir su sueño, el sueño que había tenido desde pequeño al cual nunca había renunciado, pues no retirar su palabra había sido siempre su camino del ninja.

Un nuevo día se alzaba sobre Konoha, pero aquel no iba a ser un día como cualquier otro, aquel iba a ser un día muy especial, y ya no sólo para él, si no también para toda la aldea, pues después de tanto tiempo, se avecinaban nuevos cambios, había llegado el momento de dar paso a las nuevas generaciones.

  • Es la hora. - cuando recibió el permiso para entrar, el shinobi que acababa de aparecer por la puerta le avisó de que ya estaba todo listo.

Se levantó de la silla al verle aparecer, estaba algo nervioso, no lo iba a negar, pero en un momento tan importante de su vida como este, no podía aparentarlo.

  • Je... ¿nervioso? - al pasar por su lado, el shinobi que entró en su despacho se dio cuenta de lo tenso que se encontraba su amigo.

Se detuvo al pasar junto a él, dedicándole una pequeña sonrisa dándole a entender que todo estaba bien, que los nervios no iban a poder con él.

  • Gracias por todo, Shikamaru. - ambos amigos intercambiaron sus miradas al igual que sus sonrisas. Después de todo lo vivido, se encontraban allí ahora mismo, a punto de cumplir su sueño, y tal y como Shikamaru pensó en su día, allí estaría él como su mano derecha.
  • Venga, todos están esperando.

Abandonaron el despacho y salieron al tejado del edificio, alzó su mano para cubrirse del radiante Sol que le deslumbró nada más salir, y entonce pudo ver al grupo de shinobis que le estaban esperando allí mismo, todos le miraban, sin duda, era la figura del día, y les dedicó una cálida y agradable sonrisa nada mas verles, en especial, a la kunoichi pelirrosa que le sonreía, orgullosa de ver como después de tanto tiempo, su compañero de equipo había logrado cumplir su sueño, y sobretodo, estaba feliz por estar a su lado y poder compartir esa felicidad junto a él.

Se acercó a su compañera y colocó su mano sobre su cabeza, acarició su rosado cabello sin retirar su cálida sonrisa de su rostro, lo cual ella le respondió con una sonrisa algo más tímida, acompañada de un leve sonrojo en sus mejillas, y no fue necesario que ninguno dijera nada para expresar sus sentimientos.

Retiró su mano de sus cabellos, continuó avanzando con la sonrisa en su rostro pasando por delante del resto de personas que se encontraban allí en el tejado, en aquel día tan importante para la aldea.

  • Naruto nii-chan... sabía que lo conseguirías. - esas fueron las palabras que pasaron por la mente del joven Konohamaru en cuanto pasó por delante de él, pues desde bien pequeño, que había apreciado y admirado mucho a su amigo, el cual lo consideraba un hermano mayor, y en respuesta al verle allí junto a los demás, el Uzumaki le respondió alzándole el pulgar en señal de victoria.

Entonces llegó a la última persona que se encontraba allí esperándole, se detuvo ante él, sus miradas se cruzaban y parecía que tampoco eran necesaria las palabras para expresarse, estaba orgulloso de que después de todo lo vivido, su alumno había conseguido cumplir su sueño, y estaba seguro de que hacía lo correcto dejando la aldea en sus manos.

  • Estoy convencido, de que te está viendo desde algún lugar. – pudo apreciarse como una sonrisa se dibujó tras su máscara, - Ya sabes como es, es demasiado cabezota para presentarse en la aldea como si nada en un día como este.

Tras asentir con una sonrisa, su alumno volvió a alzar la mirada para responderle.

  • Lo sé, Kakashi-sensei, sé muy bien que ahora mismo me estará viendo'ttebayo.

Y después de aquel intercambio de sonrisas, su maestro que estaba a punto de dejar en sus manos su actual puesto, le entregó el elemento que sujetaba en sus manos.

  • Ahora te toca a ti, Naruto. - el Uzumaki alzó sus manos para tomar aquel sombrero el cual ahora le pertenecería, lo colocó en su cabeza, y se dirigió a la barandilla de la terraza para presentarse ante toda la aldea, mientras que a su vez, notaba como poco a poco, la confianza de sus amigos depositada en él, le iba haciendo más fuerte, haciendo que los nervios le fueran abandonando.
  • ¡Muy bien! ¡Uzumaki Naruto se presenta'ttebayo!


domingo, 8 de mayo de 2016

[Fanfic de Naruto] Los sentimientos que florecen al final de la batalla - Capítulo Dos

Buenas a todos~ Os dejo el segundo capítulo del fanfic de Naruto que empecé en la entrada anterior, espero que os guste y que esperéis con ganas el tercer y último capítulo que subiré a lo largo de la semana que viene ^-^

Los sentimientos que florecen al final de la batalla
Capítulo 2

Nada más entrar por la puerta de casa, los gritos de su madre por haberse retrasado le llegaron a sus oídos. Dejó sus botas allí mismo en el recibidor nada más entrar, e ignorando los gritos que no cesaban, se dirigió directamente a su habitación para encerrarse en ella.

Se dejó caer en la cama tras un suspiro, sin encontrar las fuerzas necesarias para seguir con todo aquello, tan sólo quería quedarse allí tumbada, sin saber nada de nadie y sin ser molestada, y llorar... tan sólo le quedaba llorar, perderse en sus lágrimas como cada noche, ahogando sus gritos y lamentos en su almohada, confundida, sin saber muy bien que camino tomar, pues sus sentimientos habían ido cambiando a lo largo de estos últimos años debido a los acontecimientos que había ido transcurriendo, y en parte, hasta una sensación de culpabilidad recorría su cuerpo, y tal vez era ello lo que le hacía sentirse tan mal.

Cuando abrió los ojos, sintió que los tenía humedecidos al igual que su rostro, notaba también la garganta algo seca y dolorida, señal de que había estado ahogando sus lamentos en la almohada una noche más, y al ver que aún continuaba con la ropa del día anterior puesta, fue cuando se dio cuenta de que ya pasaba de media noche y que se había quedado dormida, agotada después de derramar tantas lágrimas.

Hizo un esfuerzo por levantarse y quedarse sentada en la cama, llevándose la mano a la frente, atormentada y confusa por aquel choque de sentimientos, entonces, inconscientemente su mirada se centró en la fotografía que había sobre la pequeña mesa junto a la cama, alzó el brazo hacia ella y la cogió, sujetando el marco entre sus manos mientras intentaba retener las pocas lágrimas que le quedaban.

Sus llorosos ojos estaban fijos en aquella imagen, sintió un agudo dolor en el pecho, sus lágrimas comenzaron a caer sobre el cristal de la fotografía mientras su mirada permanecía fija en ella, y sin poder resistirse más, llevó aquella fotografía hasta su pecho para abrazarla, intentando contener su lamento para que no llegara a oídos de nadie.

Un nuevo día se alzaba ya sobre Konoha, pero ganas de salir de la cama no tenía, pues no había pegado casi ojo en toda la noche y había amanecido con unas ojeras horribles, y acompañado del poco apetito que tenía estos días, hacía que su estado no fuera muy saludable.

Hizo un esfuerzo por levantarse y salir de la cama, la cabeza le daba vueltas, notaba todavía su garganta dolorida, y su rostro continuaba también un poco humedecido. Se dirigió al cuarto de baño, se lavó la cara y se quedó unos instantes mirándose en el espejo; tenía un aspecto horrible, ya comenzaban a notarse demasiado las ojeras de lo poco que estaba durmiendo estos días, y al tener el rostro tan pálido cualquiera se daría cuenta de que no estaba pasando por un buen momento.

Intentó despejarse un poco con una ducha rápida, peinó su rosado cabello y se vistió, había decidido salir de casa a pesar de todo, pues estar encerrada tampoco le hacía ningún bien.

Caminaba por las calles de la aldea sin un rumbo fijo, sin prestar tampoco mucha atención a lo que ocurría a su alrededor ni a la gente con la que se iba cruzando. Su mente no se encontraba allí ahora mismo, y a pesar de andar distraída, el típico bullicio matutino de la aldea conseguía llegar levemente a sus oídos, haciendo que comenzara a sentir la necesidad de retirarse a un lugar más tranquilo y apartado, y no tardó mucho en saber cual sería el lugar idóneo para ello.


Aquel día se había levantado más animado de lo normal, más decidido que nunca y bien concienciado de ello, pues finalmente, había conseguido reunir el valor y las fuerzas necesarias para dar el paso, ya fuera para bien o para mal, había llegado el momento de expresar sinceramente aquellos sentimientos que llevaba arrastrando tantos años.

Salió de casa sin perder ni un minuto más, corría por las calles de la aldea acompañado de una gran sonrisa, pensando únicamente en ella y habiendo decidido ir directamente a su casa a buscarla, ya que seguro que no se se esperaría algo así y quería sorprenderla, al fin y al cabo, siempre había sido el shinobi número uno sorprendiendo.

Pero sus planes no iban a llevarse a cabo tan fácilmente, no fue precisamente ella quien le recibió al llegar a su casa, en lugar de ello, fue su malhumorada madre la que le abrió la puerta, aparentemente sin tener mucho interés por saber donde se encontraba su rebelde hija, la cual había salido bien temprano sin decir nada.

Todo aquello acompañado de lo ocurrido el día anterior en las estatuas de los Hokages, le daba a entender que definitivamente su compañera no estaba pasando por un buen momento, y deseaba más que nunca verla y hacerla sonreír, pues no estaba nada tranquilo al saber que posiblemente ahora mismo se encontraría en algún lugar sola al igual que ayer, perdida en sus pensamientos y sin saber que hacer.

Entonces, detuvo su paso por la aldea al llegar rápidamente a una conclusión, había sido su compañera durante años, y había llegado a conocerla lo suficiente para no tardar mucho en caer en la conclusión de donde podía encontrarse, y conducido por aquella idea, volvió a apresurar la marcha abandonando la aldea para dirigirse al lugar donde esperaba encontrarla.

Sin descanso, sin pausa... avanzaba por el camino impulsado por el incómodo sentimiento de preocupación y por las ganas que tenía de expresarle sus verdaderos sentimientos, teniendo la esperanza de encontrar a su compañera en aquel lugar.

Se detuvo, apoyó sus manos sobre sus rodillas mientras intentaba controlar nuevamente el ritmo de su respiración, alzó su mirada para contemplar aquellos tres elementos que tantos recuerdos le traían, y fue entonces cuando supo que acababa de llegar a aquel lugar.

Avanzó un par de pasos más cuando ya tenía controlada su respiración, sin apartar la mirada de los tres elementos tan significativos para él, aquellos tres troncos los cuales años atrás había estado atado en uno de ellos, en el día en el que él y su equipo conocieron lo que era el trabajo en equipo, y al ver que no se había equivocado al venir hasta este lugar, notaba como le iba abandonando aquella incómoda sensación que había sentido desde que había ido a su casa.

Se encontraba apoyada justamente en el tronco en el que él había estado atado años atrás, sentada en el suelo, posiblemente con la mirada perdida pero desde donde se encontraba ahora mismo no podía verle el rostro. Se acercaba lentamente hacia ella, tenía bien claro todo lo que quería decirle, todo lo que quería hacerle sentir, pero a decir verdad, estas cosas no se le daban nada bien, había sido capaz de convencer y cambiar el punto de vista de más de un villano tan sólo con sus palabras, pero esta vez era diferente, era la primera vez que tenía que expresar sus verdaderos sentimientos, y más teniendo en cuenta que se trataba de la chica a la que siempre había querido desde que era un niño.

Se detuvo a escasos pasos frente a ella, parecía que ni si quiera se inmutó por su llegada, continuaba sin alzar la mirada del suelo, y el joven genin se preguntaba que estaría pasando por la mente de su compañera. Se mantuvo firme, apretó sus puños con fuerza, se armó de valor e intentó buscar las palabras apropiadas para iniciar la conversación.

  • Sakura-chan... - al escuchar su nombre, alzó levemente la mirada pero sin necesidad de llegar a mirarle a los ojos. - Sabía que te encontraría aquí'ttebayo.

Al terminar de decir la frase, su compañera ya había alzado su apagado rostro hasta llegar a los azulados ojos de su amigo, intentando buscar también las palabras apropiadas para dirigirse a él, pues después de todo lo ocurrido estos últimos días, ya no sabía como hacerlo.

  • ¿Naruto?... ¿Qué estás haciendo aquí?... - su voz sonaba tan débil como el día anterior, sin fuerzas, y como si hablar fuera un esfuerzo para ella.

Unos segundos de silencio transcurrieron antes de que el Uzumaki respondiera.

  • No podía quedarme de brazos cruzados... sabiendo que lo estás pasando mal, creo... que te conozco lo suficiente para saber que no estás pasando por un buen momento'ttebayo.

Su voz sonaba firme y segura, sus palabras eran sinceras, tal vez nunca se había dirigido a su compañera con tanta sinceridad, y era ello tal vez lo que le estaba dificultando también a la pelirrosa encontrar las palabras apropiadas para dirigirse a su compañero.

Pero no encontraba esas palabras, desvió su mirada hacia otro lado a la vez que un leve sonrojo se dibujaba en sus mejillas, mientras intentaba hacer un pequeño esfuerzo por ocultar la pequeña sonrisa que se le había dibujado inconscientemente en su rostro, todo ello acompañado del sentimiento de culpabilidad del cual no conseguía librarse.

  • Naruto... - al pronunciar su nombre, escuchó los pasos de su compañero acercándose hacia ella, pero cuando quiso volver a mirar al frente, él ya se había agachado para ponerse a su altura, colocando su dedo índice en los labios de su amiga, haciéndole entender que no era necesario que dijera nada más.
  • No es necesario que sigas... Sakura-chan... sé muy bien como te sientes. - sus miradas se cruzaron, ninguno de los dos era capaz de apartar sus ojos el uno del otro, los verdosos ojos de la pelirrosa, estaban acompañados de un rostro de sorpresa al no estar muy segura de lo que su compañero pretendía realmente.

Aquellas palabras, aquella mirada... todo aquello, le daba a entender que en el fondo lo sabía, que siempre lo había sabido, habían sido compañeros durante mucho tiempo y sería imposible ocultarle algo así, él sabía perfectamente por lo que ella estaba pasando, por eso, no fue necesario decirle nada más.

  • Naruto... - aquel sentimiento de culpabilidad que no cesaba, estaba haciendo que las lágrimas estuvieran a punto de desbordarse por su rostro. - N-no.. no sigas por favor... - volvió a desviar su mirada hacia otro lado, sin que aquel pequeño sonrojo desapareciera de aquel rostro de culpabilidad.
  • Sakura-chan... - retiró el dedo índice de sus labios dejando ahora apoyada su mano en su sonrojada mejilla. - Ya no debes sentirte culpable'ttebayo... todo está bien.

Fueron entonces aquellas palabras las que estuvieron a punto de hacer que sus lágrimas comenzaran a recorrer su rostro, pero no quería que le viera llorar, otra vez no, entonces, se levantó de un sobresalto para impedir que viera su rostro, apretó sus puños con fuerza, cerró los ojos y le dio la espalda con intención de marcharse, pero...

  • No te vayas... quédate conmigo'ttebayo... - aquellas dulces palabras sonaron como un susurro, sus brazos rodearon su cintura desde detrás para que no se marchara, pero fueron aquellas palabras que susurró a su oído las que hicieron que se detuviera. - Quédate a mi lado... Sakura-chan... pero esta vez para siempre'ttebayo.
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jueves, 5 de mayo de 2016

[Fanfic de Naruto] Los sentimientos que florecen al final de la batalla - Capítulo Uno

Hola a todos~ Después de la última entrada donde hice una reseña personal sobre una de las recientes novelas de Star Wars, decidí que en la próxima entrada tocaría publicar algún que otro relato o fanfic escrito por mí, pues bien, he decidido empezar a subir un fanfic de tres capítulos del manga y anime Naruto que escribí hace un tiempo, más bien cuando finalizó su respectivo manga y decidí escribir mi propio final alternativo.

Antes que nada, debo decir que la finalidad de este fanfic es más bien NaruSaku, por lo tanto lo único que me gustaría pedir es que aunque no seas muy seguidor de dicha pareja, se debe tener en cuenta que esto no es más que un fanfic cualquiera al igual que los miles que hay circulando por todo internet, al fin y al cabo escribir un fanfic sobre algo que te gusta es eso, dejar volar tu imaginación y narrar historias y sucesos protagonizados por tus personajes favoritos.

Así que sin entretenerme mucho más, os dejo con el primer capítulo, avisando también de que sus dos siguientes capítulos serán publicados en las próximas entradas.

Los sentimientos que florecen al final de la batalla
Capítulo 1

Le despertaron los primeros rayos de Sol de la mañana que se asomaban por su ventana, pese a lo temprano que era, su cuerpo estaba siendo recorrido por una agradable sensación que le transmitía el simple hecho de poder quedarse allí tumbado en la cama, sin necesidad de hacer nada más, simplemente se limitaba a mirar el techo de su habitación, pero esta vez, sin tener las mismas preocupaciones que había tenido meses atrás durante años.

Decidió finalmente salir de la cama y empezar un nuevo día, abrió la ventana dejando entrar los rayos de Sol por completo, estiró los brazos y le dedicó una sonrisa a la mañana tan radiante que se alzaba hoy en el cielo de Konoha.

  • ¡Buenos días'ttebayo!

Después de prepararse su habitual ramen instantáneo, se vistió y salió de casa pese a no tener nada que hacer hoy, pero hacía un día demasiado bonito como para no aprovecharlo.

Con tan sólo caminar por las calles de la aldea, podía apreciarse a simple vista que los tiempos habían cambiado, en el rostro de los aldeanos se veían reflejados sus sueños, sus ilusiones, sus esperanzas... años atrás, costaba ver en ellos sonrisas tan sinceras, pero la Cuarta Guerra Mundial Shinobi había finalizado, y ahora se respiraban tiempos de paz, de cambios y de nuevas generaciones.

Muchos de los aldeanos le saludaban a su paso por las calles de Konoha, algunos shinobis le mostraban su respeto también, pues las cosas habían cambiado también mucho para él, y aún teniendo presente lo duro que había sido crecer solo, sin el cariño de una familia y siendo rechazado por la gran mayoría de los habitantes de su propia aldea; se había vuelto fuerte, nunca renunció a su sueño, y fue todo ello lo que le llevó a salvar la aldea en más de una ocasión, ganándose el respeto de todos, la admiración, y el título de héroe.

Continuaba con su paseo matutino, acompañado de sus recuerdos que le hacían recordar todo lo vivido hasta el día de hoy, pero ahora, podía mirar atrás y sonreírle a esos recuerdos, todo estaba bien, todo había terminado bien, y sin dejar que esa sonrisa desapareciera de su rostro, alzó la mirada contemplando aquellos monumentos de piedra a los cuales tanto respeto les había ido cogiendo, haciendo un especial hincapié en el rostro más reciente de los seis, el que había sido nombrado Sexto Hokage al finalizar la guerra, su sensei Kakashi Hatake.

Había decidido ver las estatuas más de cerca, y poder apreciar toda la aldea desde allí, había sido un lugar el cual años atrás le había ayudado siempre a despejar su mente, a no pensar en nada y a olvidarse de todo temporalmente, así que se dirigió hasta allí y subió las escaleras.

Pero cuando estaba a punto de llegar al final de las escaleras, pudo ver allí arriba una figura conocida apoyada en la barandilla, parecía que no se había inmutado todavía por su llegada, aquel melancólico rostro daba a entender que su mente no se encontraba allí en estos momentos, sus verdosos ojos estaban perdidos en el horizonte, a la vez que la suave brisa matutina mecía su cabello rosado.

  • ¿Sakura-chan?...

Al escuchar su nombre, la kunoichi pareció reaccionar, miró a su compañero sin abandonar todavía su melancólico rostro y le respondió.

  • ¿Naruto?... ¿Qué estás haciendo aquí?... - alzó disimuladamente su mano izquierda llevándola hasta uno de sus ojos, lo cual le dio a entender al joven genin que posiblemente quiso ocultar alguna que otra lágrima que estuviera a punto de caerle.

Subió los últimos escalones para acercarse a su compañera, la verdad es que llevaba unos días que no parecía ser la misma de siempre, nunca tuvo la ocasión perfecta para preguntarle, y ahora, parecía que finalmente había llegado ese momento.

  • Sakura-chan... etto... ¿estás bien'ttebayo? - unos segundos de silencio se interpusieron entre ambos antes de que la kunoichi respondiera.
  • Sí... estoy bien, no te preocupes Naruto. - a pesar de tenerla ante sus ojos, aquellas palabras sonaron como un susurro lejano, y tampoco es que transmitieran mucha confianza. - Perdona... debo irme.

Pasó por su lado para marcharse, aquella débil respuesta le había dejado como sin fuerzas para volver a preguntarle, ni si quiera reaccionó a tiempo para detenerla, tan sólo se limitó a ver como pasaba junto a él casi rozando su hombro, portando consigo aquel melancólico rostro que la kunoichi no lograba disimular.

Le costó unos instantes reaccionar, y para cuando lo hizo, su compañera ya se había marchado. Entonces ocupó su lugar, se apoyó en la misma barandilla donde ella había estado y se dejó llevar por sus pensamientos, sabiendo en el fondo el verdadero motivo por el cual su amiga había estado tan distante estos días.

Suspiró, levantó la mirada y contempló nuevamente el día tan radiante que se alzaba hoy sobre Konoha, entonces se detuvo a pensar por unos instantes en aquellos temores que había querido tener apartados desde aquel día, el día en que se marchó. A pesar de haber luchado junto a él en la recta final de la guerra, sabía que iba a ser muy difícil que todo volviera a ser como antes, era consciente de que después de todo, no volvería junto a ellos a la aldea como si nada hubiera pasado, y suerte que al menos Kakashi pudo hacer que sus cargos fueran retirados al haber ayudado a deshacer el Tsukuyomi infinito, pero aún así, era su mejor amigo, y le conocía demasiado bien como para saber que su decisión no sería quedarse.

No le costó mucho darse cuenta de la situación, en el fondo ya la conocía, pero quiso no pensar en ello; sabía de antemano, que los sentimientos de Sakura-chan no estarían muy conformes con su partida, que tal vez el haber luchado junto a él después de tanto tiempo, había podido sacar nuevamente a flote los sentimientos que había tenido desde que era niña, sentimientos que fueron apartados temporalmente por el dolor causado por su primera partida.

Abandonó aquel lugar por hoy, bajaba las escaleras de vuelta a la aldea sin dejar de pensar en todo aquello, en la promesa que le hizo a su amiga años atrás, promesa que en cierto modo había logrado cumplir, pues sus sentimientos hacia ella nunca cambiaron, pese a saber que tenía un duro rival en el amor, le prometió a su amada que le traería de vuelta, costara lo que costara, y así fue.

Caminaba nuevamente por las calles de Konoha, recordando esta vez los buenos momentos que había pasado junto a su compañera durante todos estos años, algunos momentos agradables y otros no tanto, pero a pesar de todo, sus sentimientos hacia ella todavía permanecían ahí.

Se acercaba la hora de comer, y comenzaba a notar su estómago algo vacío, así que se dirigió al Ichiraku Ramen, pidió su habitual ramen y comió con calma, no tenía prisa para nada y mientras comía seguía totalmente sumido en sus pensamientos y recuerdos.

Pagó la cuenta y continuó con su paseo en solitario, la tarde caía ya sobre Konoha, y tanta vida como esta mañana no había ya en sus calles. Aún así, buscaba un lugar más tranquilo, un lugar donde volver a perderse en sus pensamientos y recuerdos, y mientras caminaba, sin darse cuenta llegó hasta un pequeño parque.

No había ningún niño allí en ese momento, así que pensó que sería el lugar idóneo que estaba buscando, tomó asiento en uno de los columpios, y automáticamente perdió la noción del tiempo.

Volvió a perderse en sus pensamientos, sin ser muy consciente de lo que ocurría a su alrededor, pero entonces, al escuchar unos tímidos pasos que se acercaban hacia él, pudo volver en sí medianamente, levantó levemente la mirada, y se encontró con su tímida amiga.

  • Etto... Naruto-kun...

Le costó reaccionar, en esos momentos no es que tuviera la cabeza donde debería tenerla precisamente, y cuando creyó que ya era consciente de lo que ocurría a su alrededor, respondió.

  • ¿Hinata-chan?... - se quedó durante unos instantes mirando a su amiga Hyuga, con la mano siempre en el pecho y un leve sonrojo en sus mejillas como de costumbre, dio unos pasos más para acercarse a su amigo.
  • Naruto-kun... ¿qué estás haciendo aquí solo?... - un pequeño sentimiento de preocupación se vio reflejado en su rostro, el joven genin no tardó mucho en percatarse de ello, e intentando dibujar una leve sonrisa en su rostro, le contestó.
  • Etto.. - llevó su mano derecha hacia atrás para rascar su nuca mientras respondía con una forzada sonrisa. - tan sólo estaba dando un paseo y me detuve a descansar un poco'ttebayo.

Pero aquellas palabras sonaron demasiado forzadas, no fueron suficientes como para convencer a la Hyuga, lo cual hizo que su preocupado rostro adoptara una postura más seria, dio un par de pasos más y se quedó frente al Uzumaki.

  • Naruto-kun, tus palabras no suenan nada sinceras.

Un pequeño e incómodo momento de silencio interrumpió la conversación, era de esperar que no iba a ser fácil ocultar su estado de ánimo, y que por mucho que disimulara, alguien se daría cuenta. Después de las palabras de su amiga, no sabía por donde continuar la conversación.

  • Naruto-kun... se trata de Sakura-chan... ¿verdad?

La pregunta de su amiga le dejó totalmente desconcertado, aunque pensándolo mejor, no debería de haber nadie en toda la aldea que no conociera los sentimientos que desde bien pequeño, Naruto había tenido por su compañera de equipo.

  • No es necesario que ocultes tus sentimientos, sabes... que puedes contarme lo que quieras, ¿verdad? - a pesar del serio rostro que había adoptado, un ligero aire de preocupación seguía viéndose en él. - no estás solo... Naruto-kun.

Por alguna extraña razón, un pequeño sentimiento de lástima y culpabilidad estaba recorriendo el cuerpo del Uzumaki, lo cual le estaba dificultando buscar las palabras apropiadas para responderle a su amiga Hyuga.

  • B-bueno... yo... - continuaba buscando las palabras idóneas para la ocasión. - estoy preocupado por Sakura-chan...

Al ver tan entristecido el rostro de su amigo, la Hyuga no pudo evitar acercarse un poco más, alzó su mano derecha y la colocó en la mejilla izquierda del Uzumaki.

  • Naruto-kun, ¿no crees que Sakura-chan merece saber todo esto? - aquellos ojos blancos le miraban, parecían estar transmitiéndole el valor y la sinceridad que necesitaba. - tal vez... Sakura-chan debería escuchar esas palabras, y saber lo preocupado que estás por ella.

No supo que responder, pocas veces había visto a Hinata hablar de esa manera, sin miedos y con tanta sinceridad, y todavía estaba haciendo un esfuerzo por encontrar las palabras apropiadas para dirigirse a ella.

  • Creo... que tienes razón'ttebayo... - desvió la mirada al decir estas palabras, entonces ella retiró su mano de su mejilla, teniendo suficiente con una pequeña sonrisa para responderle.
  • Espero haberte animado, Naruto-kun.

Esta vez la pequeña sonrisa vino por parte del Uzumaki, se levantó de inmediato de aquel columpio, y ya parecía estar algo más animado.

  • ¡Gracias Hinata-chan! -colocó sus manos sobre los hombros de su amiga- ¡Me has dado las fuerzas y la confianza que necesitaba para ello'ttebayo! - tras dedicarle una nueva sonrisa esta vez algo más radiante, un leve sonrojo se dibujó en las mejillas de la Hyuga, cuando para entonces, el héroe de Konoha ya se marchaba corriendo.
  • Naruto-kun... - pero cuando estaba a punto de abandonar el parque, la voz de su amiga llamándole por su nombre, le detuvo. - Tomes la decisión que tomes... yo siempre estaré ahí. - se llevó la mano a su largo cabello el cual estaba siendo mecido ahora mismo por la brisa que aquel atardecer estaba trayendo consigo. - Siempre y cuando pueda verte feliz, yo seré feliz, Naruto-kun.