Siento mucho el retraso, pero tal y como os dije, aquí está la primera página del thriller psicológico que estoy escribiendo. De momento no revelaré mucho sobre el argumento y con la primera página no te puedes hacer mucho una idea, pero con esto espero poder despertar un poco la curiosidad del lector.
Informo también de que posiblemente, este fragmento pueda sufrir algún cambio antes de que dé la novela por finalizada, pero de momento, la primera página está así, y sin más rodeos, aquí la dejo:
Informo también de que posiblemente, este fragmento pueda sufrir algún cambio antes de que dé la novela por finalizada, pero de momento, la primera página está así, y sin más rodeos, aquí la dejo:
Los bochornosos rayos de sol que radiaban sobre los
marchitados pastos y cultivos, estaban haciendo de aquel verano uno
de los más calurosos de los últimos años, mientras que el canto de
las cigarras, ya se había convertido en la melodía más tradicional
de aquella estación.
Este escenario tan veraniego, nos daba paso a tres niños
que correteaban entre los altos matorrales, y una vez dejado atrás
el poblado y sus cultivos, llegaron a una extensa colina donde el
color rojo predominaba, las hermosas rosas rojas se zarandeaban al
son de la suave brisa de verano, haciendo de aquella preciosa colina
el lugar idóneo para satisfacer sus vistas.
Sentado en una roca, se encontraba esperando la persona
a la que habían ido a visitar, no necesitó darse la vuelta para
percatarse de la presencia de los niños, pues ya sabía de antemano
que irían a verle.
- Habéis venido, así fue como lo acordamos, ¿verdad? - su voz era seria y penetrante, pero a su vez, podía apreciarse en ella un ligero y misterioso toque de tranquilidad. A pesar del caluroso día de verano, vestía con un traje negro, acompañado de un alto sombrero de copa y una larga capa de la misma tonalidad también.
Uno de los tres niños, dio un paso al frente. Era
bajito y moreno, su camiseta blanca de tirantes y sus pantalones
vaqueros rasgados, estaban teñidos de tierra y polvo al igual que su
cara. Era el cabecilla de los tres niños, o al menos no tenía la
expresión bobalicona en su rostro como los otros dos. El hombre del
traje, tomó una rosa roja que brotaba del suelo, y acercándola a su
nariz para deleitarse con su aroma, le preguntó.
- Dime pequeño, ¿hoy eres un poco más feliz?
El cabecilla de los niños apretó sus puños con
fuerza, mientras mantenía sus brazos pegados al cuerpo, tragó
saliva y respondió.
- Hoy... me siento un poco más feliz... - su débil voz alcanzó a los oídos de todos con dificultad. - me siento... con ganas de hacer algo grande.
Las palabras de aquel niño dibujaron bajo la nariz del
hombre del traje una pequeña sonrisa que parecía satisfactoria,
alzó la mirada y se quedó contemplando lo despejado y radiante que
estaba el cielo hoy.
- ¿Algo grande? - preguntó. - Este mundo es demasiado injusto, ¿no te parece? Ha llegado el momento de crear uno para nosotros, nuestro propio mundo... no lo olvides pequeño... “La llegada de los cuervos negros dará comienzo a un nuevo capítulo, a un nuevo mundo, donde solo nosotros tendremos el control sobre la vida y la muerte”...